Wednesday, June 08, 2022

TAKE FIVE - Camaleon Bassoons

“Haremos todo lo posible para que su recuperación sea rápida. Quedara hospitalizado, por supuesto.”- Afirmo ese doctor. “Podre quedarme a esperar acá? No quiero dejarle solo.”- Apunto ella con voz compungida. “Por supuesto, y anoto ya sus datos en el mesón de recepción?”- Pregunto el doctor. “Así es.”- Sonrió ella. Roxon la acompaño sentados en una banca no muy cómoda, y conversaron poco, ya que Delaluise perdía el hilo de la conversación repetidamente, debido a sus nervios. Luego de una hora allí, Roxon dijo: “Vendré mañana a verles. Espero que este bien acá.”- “Gracias.”- Musito la joven Delaluise. Regreso a casa Roxon, dejando el automóvil en la cochera, como ya era tarde, hallo a su mujer durmiendo en cama, a la cual no quiso despertar. Dos días mas tarde, Mandolfo moría, sin haber podido resistir las intervenciones medicas. En el sepelio, Delaluise dijo a Roxon: “Estoy devastada, hágase cargo Ud. de todo.” “Por supuesto. Siento mucho lo sucedido.”- Repuso Roxon, entristecido: le perdonaba el exabrupto cometido por Mandolfo, ya que había estado en sus últimos días. 102. Con Oyasia se repartieron el trabajo, ya que ahora Roxon manejaba los negocios de Mandolfo. A los diez días debió hacer algunos pagos pertenecientes a Mandolfo, y no bastando con las ganancias del aserradero, fue al departamento de Delaluise. La hallo junto a un joven de su edad, almorzando. “Oh, lo siento! Están comiendo; volveré después.”- Comento Roxon, a quien Delaluise le había abierto una empleada. “No se preocupe! Estábamos terminando de almorzar con Carlos. Le sirven algo de almorzar?”- Dijo ella, solicita. Carlos era un tipo alto, de ancho rostro y de mirada fija. Instantáneamente Roxon se puso en guardia. “No, gracias! Volveré después.”- Dijo Roxon. “Es algo muy urgente?”- Pregunto Delaluise. “Algo así, pero…”- Alcanzo a decir Roxon, pero ella interrumpió, diciendo: “Entonces, venga! Hablaremos en otro lugar. Carlos, tu sigue almorzando.” Pidió ella. El otro sitio era una sala con osos de peluche en un estante y algunos sillones. “Dígame.”- Pidió Delaluise. “Las ventas han sido buenas, todo marcha bien, pero hay deudas anteriores que necesitan ser pagas. La cuenta bancaria de su padre: ha hecho Ud. la petición de herencia?”- Pregunto Roxon. “Mi abogado lo está haciendo. He sido descuidada, ya que no le he preguntado nada desde que le encargue los tramites. No lo he llamado… desde que… mi padre…”- Dijo Delaluise, y lloro. Roxon le abrazo para consolarla y cuando el cuerpo de ella se apretó a él, sintió una impresión fuerte. Ella levanto su rostro, diciendo: “Por que había de morir?” “Es la ley de la vida, Delaluise. Dime la dirección de ese abogado para yo apurar el caso.”- Dijo Roxon. “Hazlo, te firmare un poder, si es necesario.”- Dijo ella, apretándose más a él. En ese momento Carlos entro en la sala y al verles, dijo: “Ah, parece que molesto!” Y se fue. “No entiende que necesito apoyo!”-. Dijo Delaluise, separándose de Roxon y busco en un cajón algunos papeles y hallando una tarjeta, se la paso a Roxon. “Es la tarjeta que me paso el abogado.”- Dijo ella. “Ah, bien! Le llamare ahora, si no te molesta.”- Aviso Roxon, y asintiendo ella, uso su celular para llamarle. El abogado escucho su petición, y dijo: “Debo consultar con ella primero., Entenderá que yo tena mis reservas ante un simple llamado telefónico.” Y colgó. “Me corto la comunicación. No me creyó.”- Aviso Roxon. Delaluise enarco sus cejas y llamo al abogado desde su videoteléfono; el abogado se disculpó, pero agrego que ya iba saliendo de su oficina y , requerido, le dio una cita para tratar el caso al día siguiente. “Nos recibirá mañana a las diez horas. . “Se lo pedí al abogado! Y aun nada se de ello pues no ha respondido.” “Entiendo, las casas hay que revisarles, a fin de ver en el estado en que están. Y llevar un tasador, todo eso cuando te declaren única heredera universal. Así funciona eso.”- Dijo Roxon. “Tu sí sabes mucho de negocios! Yo, por mi parte, casi nada. Estoy contenta de contar contigo!”- Y le acaricio el brazo. Después le sirvieron un caldo de mariscos con algunas verduras, y al terminar Roxon dijo: “Bien, ha sido una charla muy simpática. Te veré mañana.” “Claro, vente algo antes, para ponernos de acuerdo.”- Pidió Delaluise, acompañándole hasta la salida. Roxon regreso a casa y luego le conto lo que sucedía a Oyasia. “Por supuesto! Esa joven no sabe nada de negocios; si no la ayudaran, se quedaría sin nada.”- Opino Oyasia, mientras se cepillaba el cabello frente a su boudoir. Al día siguiente, a las 8.00 horas, Roxon ya tocaba el timbre del apartamento, y Delaluise tardo algo en abrir. Vestía un camisón de dormir.. “Oh, perdona la demora en abrir! Me acabo de levantar… a qué hora era la cita con el abogado?”- Dijo Delaluise, dejándole entrar. 106. “Es a las 10.00 horas, Vístete, yo te espero.”- Dijo Roxon, aspirando el leve perfume que usaba la joven. “Claro! Siéntate en un sillón! Demorare cinco minutos!”- Accedió ella a su requerimiento. Roxon reviso un pequeño estante, en que habían discos de música, algunos chiches y dos fotos de gatos. Aparte de dos sillones, habían cojines de lana tejidos a mano, con círculos rojos y amarillos- pensó que quizás los había tejido Delaluise, pero lo dudaba un poco. Delaluise le llamo desde otra pieza, y Roxon así entro en el dormitorio, viéndola ponerse un vestido color lila. “Súbeme el cierre, quieres?”- Pidió ella; Roxon perdió la cabeza al hacerlo y le beso en el cuelo. Ella giro, y le miro sorprendida. “Perdona! No pude resistirme. Eres muy bella.”- Acoto el azorado Roxon. “Ah, pero no! Está bien!”- Dijo Delaluise, acercándose; se besaron largo rato, y luego… A las diez horas llegaron demasiado contentos al encuentro con el abogado, de apellido Cañihueco. “Bien! Que noticias me tiene?”- Le pregunto Delaluise, sentándose ante el escritorio. “Todo listo! Solo debo ir a buscar unos documentos.” – Dijo Cañihueco, mirando sin simpatía a Roxon, a quien , in mente, consideraba un intruso. Ella notó la mirada, y dijo: “Le presento a mi consejero. Puede hablar por mí.” Aprovechando la franquicia, Roxon pidió ver las copias de los documentos, leer borradores, ver montos. El abogado llamaba a su secretaria para todo, y al final Roxon dijo: “Ha sido muy amable. La Srta.,. Delaluise necesita el dinero de su difunto padre con urgencia. Yo llevaba los negocios del difunto Sr. Mandolfo, y hay que pagar muchas cuentas.”- Aseguro Roxon. “Entiendo. Puedo entregar los documentos y el dinero traspasado a la Srta. Delaluise hoy mismo.”- Aseguro Cañihueco. “Me parece bien. A qué hora regresamos?”- Presiono Roxon. “Vénganse a las quince horas.”- Dijo Cañihueco. “Perfecto. No le molestara que traiga a una persona más al tanto de estos trámites que yo? Puyes hay mucho dinero en juego y quiero todo en regla.”- Pidió Roxon. “No hay problema con eso! Todo está claro como el agua.”- Mascullo el tinterillo. “Me alegro. Es un profesional muy competente, el Sr. Paguima.”- Dijo Roxon, y el abogado palideció, pues Paquima era muy reconocido en Tribunales como una persona exhaustiva en trámites de herencias… Tras esa reunión, Roxon llamo a Oyasia, que estaba en la fábrica de carteras, diciendo.” Ya me desocupe del asunto de Delaluise. Almorzare por acá.” “Bien, todo normal aquí.”- Replico Oyasia, quien en ese momento estaba muy atareada. Roxon dijo a Delaluise: “Te invito a almorzar?” “Encantada””- Sonrió Delaluise, tomándole de la mano. 108.

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