Sunday, December 15, 2024

PIRATAS PARTE 3 BIS - LA 3 ES LA DOS EN REALIDAD- ME EQUIVOQUE. GRACIAS X LEER. y CONTINUARA

Clarificada la línea de tiempo, quedaba por hallar la persona idónea, y se dirigió a la Comandancia de Puerto, pidiendo le hallaran a una persona que quisiera el puesto. Fue bien atendida, ya que se sabía por el personal del puerto lo ocurrido, y se le aseguro que le enviarían uno o dos aspirantes al puesto apenas pudieran. en todo momento Bárbara actuó como la viuda entristecida pero firme de voluntad, llegando a asegurarles que esperaría que por algún modo desconocido, el mar le devolviera a su marido mientras que ella le aguardaba esperanzada. En los días siguientes se presentaron no dos sino que cinco aspirantes al puesto, y Bárbara estudio sus personalidades, su historial de marineros, y los comentarios que se oían de ellos, y eligió a Fernan Rujobe como el titula , y diciéndole: "Ud. elija a su personal, confió en su buen juicio." "Así lo hare, Señora. Y le agradezco su confianza."- Dijo el hombre, que tenía 54 años, casado y con tres hijos mayores de edad, que luego fueron también de la tripulación. Por mientras esto sucedía, Pencrof y su gente despertó dentro de un cuarto hermético, sin muebles pero con aire y luz eléctrica. "Que hacemos aquí, jefe? No recuerdo más que huíamos de esos soldados!"- Pregunto Adolfo Hesen. "Nos capturaron, y como veo que estamos todos, fue con pistolas paralizantes! Aun sintió un leve mareo."- Dijo Pencrof, tocándose el cototo que tenía en su cabeza, producto de la caída al suelo. "Yo también! Que querrán de nosotros, jefe?-".- Pregunto Jules Vermil, el contramaestre. "Nada bueno, si deben andar buscando voluntarios a punta de pistola!"- Comento Luis Smith, suspirando- estar preso era lo último que habría querido en su vida. Poco después fueron llevados a un corredor, en donde les hablo el mismo oficial que les atrapara. "Gente! Son testarudos, pero de nada les sirve! Ahora tendrán que ejecutar el plan B, que significa que será mas difícil su labor! Comprendan que no tienen alternativa! Serán devueltos a su pueblo tras completar la misión! Esta es fácil pero necesitaran ser leales a nuestro gran imperio galáctico! El Imperio Vironio!" Dejo correr unos segundos en silencio, para que comprendieran en que estaban involucrados volis nolis, y siguió diciendo: "Serán entrenados, pertrechados y enviados en la misión! No les conviene traicionar, porque tenemos medios de eliminar a los traidores! Ahora comerán, dormirán y en diez horas mas, serán enviados a instrucción! Síganme." Y con escolta, les llevo por el pasillo hasta una sala en que habían algunas mesas, y en ellas se les sirvió comida caliente, bebidas y siempre siendo vigilados por hieráticos guardias armados. "Me pregunto que querrán de nosotros! "- Dijo Jules Vermil, tomando de ese caldo espeso. "Nada bueno! Y no creo en recompensas! Dejaremos los huesos quizás adonde!"- Exclamo Luis Smith, suspirando. Tras esa somera comida, les llevaron a bañarse y les dieron overoles plomos con cierre delantero y sandalias plásticas. Con ese atuendo durmieron en hamacas dentro de una pieza metálica con puerta cerrada por fuera. Pencrof pensaba en Bárbara, en su bote, en la carga, y en el futuro de aquello, incluido el mismo. Nada le había indicado que los -Vironio podían abducir gente tan fácilmente, y para fines por ellos solo sabidos. Una ráfaga de arrepentimiento cruzo por su mente: y si en vez de salir a pescar, no habría sido mejor comprar mercadería en los muelles y vender en su local? Cosa que no una sino que varias varias veces se lo había pedido Bárbara, en los mejores términos, y el siempre se había rehusado. Ahora se veía en un predicamento debido a su tozudez... 27. Ocho horas después fueron llevados a una sala en que dos oficiales les hicieron sentar en bancas frente a un pizarrón electrónico. Uno de ellos dijo:"Voluntarios de ciudad Cornejo! Esta es la lección uno de tres! Pongan atención, porque su futuro dependerá de lo que aquí aprendan!" "Señor, no somos voluntarios sino que pobres pescadores! Permítanos regresar a nuestra ciudad, y le prometo, en nombre de todos nosotros, que no diremos una palabra de lo que ha ocurrido!"- Dijo Luis Smith, con voz plañidera. "Llama a un guardia."- Dijo ese hombre a su compañero, y cuando este entro a la sala, le dijo. "Amordace a ese hombre! Aquí nadie habla si no se le pregunta!" "Pero, qué he hecho? No sea así!"- Dijo Smith, por última vez en ese día... "Vuestra misión será en el planeta A. Llegaran allá llevados por nosotros, se mezclaran con la gente de la colonia minera, diciendo que están de paso, y averiguaran si han hallado uno de estos dos minerales: uranio o torio. Para ello no trepidaran en pedir trabajo, y dentro de la mina, tendrán 28 días para hacer las averiguaciones, conversando con todos los mas que Uds. puedan, revisando minerales, en fin, siendo inquisitivos al máximo. Les daremos instrumentos para identificar tales metales, y luego serán retirados de allí en el punto que se les va a indicar oportunamente. Si cumplen bien con la misión, es decir, nos dicen que metales están llevándose, podrán regresar con sus familias. De lo contrario, no sé que será de Uds. posteriormente."- Dijo ese oficial, volviéndose a la pizarra, y comenzando a desarrollar su clase. Esta mayormente era para que se interiorizaran de la idiosincrasia existente en el complejo minero, los nombres de algunos jefes, la labor que podrían desarrollar sin tener especialización, adonde hospedarse. Al día siguiente siguieron instruyéndoles en cómo usar herramientas mineras, las clases de ellas, la jerga que se usaba. Esto no era fácil para ellos, que nunca habían siquiera oído de esos términos, menos aun de usar maquinaria. El tercer día les dieron información sobre rocas, minerales, como usar los instrumentos analíticos, y con quien iban a poder comunicarse, si es que averiguaban antes de plazo lo pedido. "Pan comido! Creo que saldremos en menos de cinco días!"- Dijo Luis Smith, quien, de mirar todo en forma pesimista, ahora derrochaba confianza. "Esperemos que sea así! Pero temo que no será nada de fácil."- Le repuso Pencrof, pensativo. No catalogaba a los Vironio como confiables y menos como generosos. Fueron dejados cerca del establecimiento minero, con trajes especiales para poder soportar temperatura y gases del planeta, los cuales son mortales para el cuerpo humano. Una pareja de personas les estaba esperando, y los guiaron a un departamento en una de las cavernas con temperatura agradable y aire respirable. Dentro del departamento, los recién llegados se sacaron los equipos de sobrevivencia, y quedaron a la espera de que les informaran que hacer a continuación. Las dos personas eran Vironias, y se trataba de un hombre y una mujer, que sonreían para infundir confianza. La mujer dijo: "Soy Drixia, y el es Darbi. Ya tenemos ubicaciones para Uds.! Mañana les iremos guiando a sus puestos." "Espero que podamos cumplir con sus expectativas! Somos pescadores, no mineros!"- Reclamo Luis Smith, mirando con rabia. "No es problema nuestro, señor! No sabemos mucho de Uds., pero nos han dicho que vienen a cumplir con una misión de interés para el Imperio Vironio, del cual somos fieles parte."- Aviso Darbi, en forma enérgica. Pencrof levanto una mano para hablar, diciendo: "Tenemos poco tiempo acá, y queremos no producir alarma. Lo peor sería que nos tomaran por espías Vironio, y terminaríamos encarcelados de por vida! Sé que este complejo minero corresponde a la Federación Occidental de la Tierra! Así es que dennos mas indicaciones de que labores deberemos cumplir, a fin de no equivocarnos." Al oír aquello, Darbi morigero su carácter, y fue explicando lo que deberían hacer. Al final agrego: "No se preocupen mucho de cómo hacer las cosas! Se les tomara por aprendices, así es que obedezcan ordenes, y cumplan con la misión, cualquiera que ella sea." Durmieron esa noche en el suelo, pero sobre frazadas, y al día siguiente fueron llevados, uno a uno, a diferentes secciones de la enorme instalación, habiendo sido informados de que deberían devolverse a ese departamento para allí pasar las horas libres, entre las que obviamente se contaba el dormir. Pencrof quedo ayudando a un técnico que revisaba controles automáticos, y debía seguirle adonde él fuera, llevando materiales e instrumentos. Era, como se ve, un portador. Otros tuvieron peor suerte, y quedaron dentro de las minas, cortando trozos de roca con herramientas laser y otras. Luego debían dejar que robots tipo Keblar se encargaran de llevarse la carga en vehículos de ocho ruedas, que transitaban por los numerosos túneles, llegando a la fundición, en donde se trituraba el material, se licuaba, se sacaba lo útil para la industria, y se desechaba la escoria, que son residuos óxidos inertes. Ciertamente esa escoria tenia aplicaciones, tales como balasto para que el coste de traslado a planetas amigos era muy costoso. Labores similares fueron ejecutadas por el resto de los pescadores; Smith paraba de laborar a cada rato, y en vista de eso, fue despedido ese primer día. al llegar la noche (supuesta, ya que el día en el planeta duraba muchas más horas) se reunieron en el departamento, y Pencrof supo del caso Smith, preocupándose por su futuro. Darbi le tranquilizo, diciendo que le buscarían un trabajo de oficina, para el cual esperaba no tuviera contratiempos. En relación a información de que minerales se estaban obteniendo, ya habían averiguado que era plata y también cobre. De los demás no tenían información aun, pero estaban todos muy atentos a los comentarios de mineros en los ratos de descanso. La mujer, Drixia, a veces conversaba antes de apagar las luces del departamento, y así pudo Pencrof aprender de la misión que tenia ella y Darbi en el planeta A. Ella dijo:. "Nuestro Imperio es leniente, deja que las personas llenen sus vidas de trabajo y recompensa. Por ello ha dejado, por decenios, que los venidos de la Tierra puedan laborar acá, a pesar de que el planeta pertenece a los Vironio. Nuestro imperio es tan poderoso que puede dejar que otros aprovechen ganancias que nos corresponden. Pero al parecer esto está llegando a su fin en este planeta." "Y nos han encargado a nosotros saber si lo que escavan los de la Federación Occidental es útil a vosotros, o no. En caso de que no, cree Ud. que seguirán dejando minar el planeta sin intervenir?"- Pregunto Pencrof. "No lo creo. He escuchado que hay interés de algunos sátrapas en minar por su cuenta, usando la infraestructura existente."- Informo ella. "Y que pasara con la gente?" - Inquirió Pencrof. "Sera devuelta a su lugar, quizás dejada en algún lugar pre convenido. No somos asesinos."- Dijo Drixia, repitiendo frases aprendidas desde la infancia, pero que no reflejaba la realidad. Ningún Imperio se sujeta en el tiempo siendo leniente y pacifista: desaparecería en menos de un decenio. El maquinista Hugo Cepeda comenzó a gastar su salario en los dos bares existente en el complejo minero, y así pudo sonsacar a los empleados de mayor rango sobre lo que se estaba exportando actualmente. y si, los dos minerales mencionados por los Vironio existían en las remesas que se enviaban al Sistema Solar. Uranio y torio. Pencrof averiguo para que servían esos dos componentes, y Cepeda dijo: "les he escuchado decir que el uranio sirve para fabricar uranio enriquecido que sirve para fabricar combustible para plantas de energía nuclear. El producto que sobra se llama uranio empobrecido sirve para producir municiones perforadoras y blindajes de alta resistencia, ya que tiene mucha densidad. " "Ah, entonces hacen misiles?"- Pregunto Pencrof. "Se fragmenta en trozos afilados y se enciende con el aire, aunque luego deja el terreno estéril allí en donde se usa."- Afirmo Cepeda. "Y que pasa con el torio?"- Inquirió Pencrof. "Ese se saca de otros minerales, es blando y color blanco; si se calienta arde con una llama blanquizca. También se usa en conjunto con el uranio, para sostener una reacción en cadena. Es muy radioactivo, aunque sirve para hacer electrodos, y hay reactores de torio que sirven como el uranio. Sirve también para aparatos ópticos y de soldadura."- Informo Cepeda. "Ah, una labor muy completa la que ha realizado! Podemos irnos mañana mismo!- Dijo Pencrof, sonriente. "No crea, jefe! No hable de esto aun! Porque nos sacaran de aquí en un santiamén, y quizás adonde nos lleven, o Ud. cree que nos darán la libertad, ahora que sabemos todo esto?"- Opino Cepeda. "Y entonces, que sugieres hacer? Huir? No hay como!"- Afirmo Pencrof. "Al menos ganemos tiempo, jefe! Demos la información un día antes del término que nos impusieron! Y luego veremos que hacer!"- Pidió Hugo Cepeda, afirmándole el antebrazo. Pencrof pensó en lo que se había dicho, y llego a la conclusión de que las ideas retardatorias del maquinista estaban bien diseñadas, y movió la cabeza en la afirmativa: si la muerte seguía tras el aviso de que si se estaba comerciando uranio y torio por los de la Federación Occidental, al menos tendrían algunos días mas de vida. Al seguir trabajando en las labores mineras, Pencrof supo que habían varios compañeros Vironio laborando allí, tal como si fueran originarios del Sistema Solar. Algunos le miraban sonrientes, sabedores de que estaban trabajando para el Imperio, y así Pencrof estuvo tentado de subir a la Gerencia y delatar todo el plan Vironio, pero después desistió de tal tentación, ya que su vida allí terminaría muy pronto. Faltaban diez días aun para el plazo, cuando Smith dio el aviso de que había conseguido dilucidar el secreto, que ya tenía informe de que se estaba exportando Uranio y Torio a la Federación Occidental del Sistema Solar, y que esto lo había logrado saber robando documentos de la mina. "Y aquí los tengo! Planos y facturas de envió! Tengo pruebas de lo que digo!"- Se ufanaba Luis Smith, mostrando tales cosas a Darbi y Drixia, que leyeron tales informes, y así Darbi dijo: "Daré aviso de inmediato a la flota! Pero sigan laborando como si tal cosa! No dejen sus puestos, ya que sería sospechoso! Esperare instrucciones para ver qué hacemos con Uds."- "Espero que nos saquen luego de aquí!"- Pidió Smith, y siguió una discusión entre él y Darbi, que termino exasperando al Vironio, el cual dijo: "Si sigue Ud. imponiéndome sus ordenes, que las rechazo de plano, daré cuenta de que Ud. está poniendo en peligro toda la misión, y ya verá que eso no será bueno para Ud.!" Con eso dejó callado al impertinente de Smith, y tras esa noche, Pencrof conversó a la hora del almuerzo, en el casino de la empresa, con el maquinista Hugo cepeda. "Y, qué le parece lo que hizo el señor Smith? Nos quitó varios días de paz."- Dijo Pencrof. "Ese tipo es un lenguaraz! No se puede confiar en él para nada! Ni siquiera le avisó a Ud., que es nominalmente, su jefe! Ahora ya estamos embarcados en el final de la misión y espero salir con vida."- Comentó Hugo Cepeda. Ese día terminó como los demás, pero al llegar al departamento, no vieron a Darbi, por lo que le preguntaron a la Drixia por su compañero, y ella dijo: "Fue a un encuentro con representantes de nuestra flota de aeronaves! Volverá mañana." Con eso ya tuvieron por cierto que el proyecto llegaba a su fin, y solo restaba esperar por lo mejor para todos. página 32. sábado, 14 de diciembre de 2024 Siguieron en la rutina por ocho días mas, y al llegar esa noche al departamento, vieron que dos otros hombres les esperaban. Uno de ellos dijo: "Prepárense, porque nos vamos de inmediato. Vuestra presencia aquí es un peligro para nosotros." "Está bien, y adonde nos llevaran?"- Pregunto Pencrof, mirándoles expectante. "A la nave madre. Luego, solo lo sabe nuestro capitán."- Dijo ese hombre, y el otro le miro como reconviniendo hablar de mas y por ello eso fue todo lo que se les puso sonsacar a esa pareja de esbirros del emperador de los Vironio. Una hora después abandonaban el complejo minero, caminando hasta un cerro en que había una navecilla oculta. Se amontonaron dentro, y en ella subieron a la órbita. No vieron de que tamaño seria el navío que les esperaba, pues iban en la parte de atrás de la navecilla, con una división metálica entre ellos y los dos pilotos. Cuando salieron de esa nave, se encontraron en un hangar bastante grande, en que habían mas de dieciocho naves de diferente tamaños, algunas mucho mayores que las usadas por ellos. "Vaya colección, amigo!"- Dijo Pencrof a uno de esos pilotos, que le ignoro por completo. el otro militar les llevo por un pasillo a un camarote con ocho camas y un estante para la ropa, que ahora estaba vacío. "Esperen aquí a que les llamen. Pueden descansar, si quieren."- Dijo ese militar, cerrando la puerta con llave. "Aquí estamos, presos de nuevo! Que mala suerte!"-Expreso el arponero Smith. "Quizás ahora nos lleven a ciudad Cornejo! Es de esperar."- C omento Jules Vermil, tendiéndose en una de las camas. Los demás le imitaron, mirando el frio techo de metal, y sintiendo leves rumores de maquinaria. "Tal pareciera que no se mueve! Pero debe estar yendo hacia alguna parte."- Comento Pencrof, pensando en que esa avanzada nave debía tener los mejores sistemas anti gravitatorios, para que sus pasajeros no sufrieran de los desagradables síntomas de la ingravidez total. A las tres horas después, les llevaron comida en unos bolos; erra una pasta comestible con gusto a albahaca. "Parece comida para bebes! Incomible!"- Dijo Luis Smith, tirando el plato al suelo; los demás se sorprendieron de ello, pues nadie sabía si les iban a volver a dar comida en el futuro. Pencrof dijo: "Mejor guarde su mal humor para cuando estemos en nuestra civilización, Smith! O quiere que nos dejen sin comer?" "No me importa! Yo estoy acostumbrado a comer alimentos para hombre grande!"- Dijo Luis Smith, enfurruñado. Sin saberlo ellos, los Vironio tenían un visor para observarlos, y el encargado de hacerlo anoto lo sucedido, incluyendo una breve escena del suceso. Al día siguiente paso el informe a su superior, quien converso con el psicólogo de a bordo, la maquina ERU-39, la cual dio un informe casi de inmediato, y es este: "Sujeto en condición de prisionero. Se trata de una persona con frustraciones múltiples, que desarrolla actitudes violentas cuando se siente menoscabado. Aconsejo dejarlo de líder en misiones peligrosas, y alejarlo de trabajos rutinarios." El oficial junto la imagen y las conclusiones del psicólogo, y las envió al capitán del navío. Este ya tenía instrucciones sobre qué hacer con los ex pescadores, y entrego el informe al comandante. Este leyó el informe, y sonrió. Ya tenía a quien poner a cargo de la misión 339- D ! Dos días después la nave salió de Warp y se estableció en una órbita alrededor del quinto planeta del sistema Hércules, estrella HD 165908. Constelación Hércules, Estrella HD 165908, planeta 5. 99 Herculis A.- Un oficial se apersono frente a los cinco pescadores y dijo: "Atención! Síganme de inmediato!" Como ellos habían estado esperando alguna noticia sobre su regreso a Ciudad Cornejo, le siguieron de un salto; caminaron por un pasillo, bajaron en un ascensor, y llegaron a la sala en que estaban esos navíos mas pequeños. "Subirán al vehículo color azul, el HD390. Les llevaran a la superficie."- Dijo el oficial, retirándose. Al llegar a esa nave, bajaron dos tripulantes, diciendo: "Suban de inmediato! No tenemos mucho tiempo!" "Vamos a la superficie de la luna Seis?"-Pregunto Luis Smith, esperanzado. "Suba y no haga preguntas! Apúrese!"-Dijo ese oficial, mirando con cara de enojo. "Que mal humor! Acaso no dormiste anoche?"- Le pregunto Smith, pero el oficial solo le respondió con un empujón nada suave. Ya en la nave, el piloto hizo avanzar a la nave hacia la esclusa de salida, y por ella atravesaron hacia el vacio del espacio. "Asegúrense los cinturones! Aquí no hay anti gravedad!"- Farfullo el piloto, y si alguien no se había abrochado el cinturón de seguridad, ahora se apresuraba a hacerlo. Como estaban sentados mirando hacia proa, y la nave tenía una amplia ventana en ese lugar, pudieron ver el planeta cubierto de nubes, y como rasgaban las tales en una zambullida digna de un meteoro; dejaban una estela negra y roja tras de ellos. Durante varios segundos nada era visible hacia adelante, pero de improviso salieron del palio de nubes altas, y vieron una llanura verde, con algunos altos cerros de color negro. "Ah, qué bello! Adonde estamos, piloto?"- Pregunto Luis Smith, sobándose las manos, pues pensaba que pronto llegarían a ciudad Cornejo y a la comodidad de una buena cama de hotel. El piloto no contesto, ni tampoco el copiloto; Pencrof trataba de leer los sentimientos de esos dos hombres, pero sus rostros eran de piedra. Un vaivén algo violento les sorprendió, y el piloto dijo: "Afirmarse! Somos atacados!" El miedo bajo sobre todas esas cabezas, incluidos los pilotos. Unas alas negras se veían de vez en cuando, y un pico amarillo picoteo la parte delantera, justo adónde iba el cristal; este se triso y el piloto dijo: "Condenados! No veo nada! Ahora bajaremos guiados por radar y control remoto!" Y apretó unos botones sobre el tablero de mandos. Soltó los controles, se cruzo de brazos y cerró los ojos. Parecía que iba rezando, cuando la nave se interno en un bosque de altos arboles, que iba cortando con el fuselaje como si fueran de mantequilla. Un árbol demasiado grueso como para ser cortado apareció de repente y se estrellaron contra él, girando como peonza y dándole golpes a varios otros, hasta quedar de lado sobre el terreno. Pencrof recobro el conocimiento un rato después, y vio que salía liquido desde lo alto, espeso y de olor a químicos. Se desato el cinturón, y cayó sobre Luis Smith, quien parecía dormido. Pencrof no veía claramente adonde se dirigía, pero alcanzo a ver una luminosidad al seguir avanzando por sobre los asientos dados vuelta. Vio que algunas ramas de árbol atravesaban el fuselaje, y el cristal de la proa simplemente no existía. Repto hacia afuera, y se rasguño la cara con ramas espinosas que había por todos lados. Tras diez minutos logro alejarse del vehículo y de las ramas que le tapaban por completo, y se sentó en el suelo, que tenía muchas hojas y ramas caídas con el impacto. Sentía dolor en la espalda y en una pierna, pero pudo ponerse de pie, signo de que no tenia huesos rotos pero quizás trisados. Pensó en volver a la nave, pero sintió un cansancio enorme y se desmayo. Horas después despertó súbitamente, sintiendo un silbido que provenía de algún lado no muy lejano; todo estaba oscuro, y por tanto repto hacia la caída nave, pasando por debajo de muchas ramas hasta tocar la superficie pulida del vehículo Se quedo allí, expectante. El sonido duro unos minutos más, y luego se alejo. No pudo discernir si provenía de una maquina o de un animal, quizás una gran ave? Supuso que ya era de noche, y se tapo con hojas y ramas, más que nada para ocultarse que para abrigarse; el suelo parecía temblar de vez en cuando, y esto le sorprendió, pues si eran temblores, estaba en terreno peligroso y quizás ni siquiera en Luna Seis, como debería ser si los Vironio conservaban su palabra. Uno de los motivos de su duda era que se sentía mas pesado, aunque la concusión del choque también podría ser la causa. Durmió a ratos, sintiendo frio y a la vez, ruidos que no auguraban nada bueno; pasos de seres pesados, rumor de hojas que caían de lo alto, en fin, nada que le causara un sueño reparador. Al aclarar, sintió ruidos dentro del casco de la nave, y grito nombres, para que supieran que él estaba fuera. Se alejo un tanto del ramaje que cubría la nave, y vio aparecer, uno por uno, a sus tripulantes de antaño. "Señor! Ya había salido? Le estábamos buscando dentro de esa nave! Los pilotos no están!"- Dijo Jules Vermil, saliendo desde dentro del enramaje. "Creo que salieron despedidos por la ventana! Y Uds., están todos bien?2- Pregunto Pencrof, mirando a los demás. "Estamos todos bien! Lástima por la nave, que nos llevaba a ciudad Cornejo! Pero ahora, debemos tratar de localizar la dirección en que se haya y comenzar a caminar!"- Aviso Luis Smith, con voz recia. Todos le miraron y sonrieron, ya que antes del golpe su voz había sido chillona, y ahora sonaba grave y con personalidad. Pencrof, como buen capitán de barco pesquero, trato de localizar el sol para saber cuál era el norte y cual el sur, etc., pero estaba nublado y el sol podía estar en cualquier parte. "Quizás hay alguna brújula dentro de la nave! Iré a ver."- Dijo Jules Vermil, y se tomo más de una hora para volver y decir: "No halle nada!" "No te preocupes! Quizás pronto nos vendrán a buscar! La caída del vehículo Vironio debe haberse grabado en los videos de su nave madre!"- Aviso Hugo cepeda. Al oír aquello, Pencrof dio un salto y dijo: "Entonces nos conviene irnos de inmediato de aquí! O nos obligaran quizás a que trabajos! Recuerden que iban a darnos una misión que ni siquiera fueron capaces de mencionarla en detalle! De aquí no salíamos vivos! Vámonos ya!" Su lógica era impecable y ´por tanto todos le siguieron, hacia el punto que Pencrof creía era el Norte, aunque no estaba seguro del todo. El bosque tenía muchas ramas y era difícil caminar, pero Luis Smith indico hacia un lado, diciendo: "Eh, hombres! Allí hay un sendero! Podemos irnos por allí en vez de fatigarnos con tanta rama en el suelo!" Los demás le siguieron y no pasaron 20 minutos, cuando un terrible rugido les cogió por sorpresa, y quedaron detenidos, mirando en todas direcciones; pero no debieron esperar mucho, pues un enorme dinosaurio salió desde un hueco en la maleza, y troto hacia ellos con rapidez. El ultimo de la fila era Jules Vermil, y hacia el se dirigió el animal, un brontosaurio, que le pisotea, - horrorizando a todos que se lanzaron en una carrera loca por ese sendero, a fin de alejarse del peligro. Pencrof salió de la senda, internándose entre matorrales, pues comprendió que la senda, que se suponía hecha por personas, era simplemente una huella dejada por los grandes dinosaurios que habitaban ese paraje. A media tarde aun conversaban sobre ese ataque, y llegaron a la conclusión de que ciudad Cornejo debería estar lejos de allí, pues los habitantes habían limpiado de animales peligrosos hasta treinta kilómetros de distancia del centro de esa población. "Descansemos! No doy más de cansado!2- Dijo Luis Smith, acostándose entre las mimosas. Nadie se opuso, y Pencrof conto a sus hombres, de los cuales le iban quedando solo tres... Antes de oscurecer, hallaron un arroyo de aguas limpias, y bebieron de el, a fin de apagar la sed; en relación al hambre, no había que comer aunque lo buscaron entre los árboles. "Vamos a tener que cazar algún animal, si no queremos morirnos de hambre! "- Dijo Luis Smith, tiritando de frio. "Por ahora, hagamos una fogata! hace mucho frio en este bosque!"- Pidió Adolfo Hesen, estornudando. 39- Encendieron fácilmente una fogata, pues varios de ellos sabían frotar madera y encender fuego; en esto al menos no se quedaban atrás. Pencrof oteaba alrededor, temiendo que algún carnicero se aproximara a la fogata, y para ellos había limpiado un trozo de rama grueso, a fin de usarlo como garrote. Los demás le miraron pero no le imitaron, pensando en que era una forma ridícula e inútil de combatir a un dinosaurio de 800 kilos de peso. Esa noche la pasaron casi en vela, pues los gruñidos y trotes no cesaron hasta el amanecer. Fue entonces que la paz volvió a la jungla. "Malditos animales! No me dejaron pegar pestaña!"- Reclamo Luis Smith, dando una patada en el suelo. "No te quejes! Al menos no te comieron!"- Se rio Adolfo Hesen, quien si había dormido más que los demás, ya que se había ocultado bajo un montón de hojarasca y de ese modo se había sentido seguro. Pencrof se fue al arroyo y tomo bastante agua, a fin de no tener sed si por asomo no hallaban otra fuente de agua dulce. Al llegar a la playa, que se extendia en ambar direcciones hasta donde alcanzaba la vista, volvieron a bañarse, notando que el agua era muy agradable en temperatura y claridad, ya que se podia ver el fondo nitidamente aunque tuviera una profundidad de tres metros- mas adentro no quisieron nadar, por miedo a que hubieran depredadores marinos. "Esto es hermoso, pero vaya, no hay que comer!"_ Comento Pencrof con Bárbara y cuatro tripulantes viaja por la costa, y al ver unas construcciones en tierra, bajan pero reciben el Ataque de Troodones, que se comen a dos del grupo. sigue con sus exploraciones caminando y hallan túneles en que se esconden de las tribus de cavernarios sema humanos que habitan el sector. son como gorilas con mas inteligencia, hambrientos que comen carne si se les presenta la oportunidad. Uno de los del grupo se aleja y desaparece, posiblemente comido por esos seres. quedan Pencrof, Bárbara y un hombre asustadizo llamado Señor Smith, que siempre anda haciendo de las suyas. Hallan un grupo de religiosos que habían optado por vivir en la naturaleza, pero que ahora todo lo que quieren es alejarse de ella. Con ellos siguen caminando, hay varias minas hambrientas de amor. A 500 kilómetros de la ciudad , hallan un trineo volador, y en el Bárbara intentara manejar y llegar a pedir rescate al pueblo. Nunca vuelve, y se supone se cayó y se acabo su falsa existencia con el golpe. A 200 km de distancia, Pencrof peca con otra mina, y se bañan en un lago, pero hay muchas sanguijuelas bebedoras de sangre y deben curarse con emplastos por dos días antes de seguir la marcha. Hallan el vehículo de Bárbara y un trozo de su cuerpo, que entierran por falta de otra ocurrencia. Pencrof halla una caja que suponen es su memoria. Al llegar a la ciudad, la memoria realmente es de un ser robótico, pero no hay quien arme un ser humanoide por lo que Pencrof decide regresar a la Tierra y obtener uno parecido a Bárbara, seguro de que "su mente" vivirá de nuevo. 99 Herculis A Datos de observación (Época J2000.0) Constelación Hércules Ascensión recta (α) 18h 7m 1,54s Declinación (δ) +30° 33’ 43,7’’ Mag. aparente (V) +5,20 Características físicas Clasificación estelar F7V Masa solar 0,98 M☉ Radio (1,1 R☉) Magnitud absoluta +4,09 Gravedad superficial 4,24 (log g) Luminosidad 2,1 L☉ Temperatura superficial 5918 - 5928 K Metalicidad [Fe/H] = -0,55 Periodo de rotación 9,0 días Edad 6700 - 6800 x 106 años Astrometría Velocidad radial +1,0 km/s Distancia 51,0 años luz (15,6 pc) Paralaje 63,93 ± 0,34 mas Sistema N.º de componentes 2 Referencias SIMBAD enlace NStED enlace Otras designaciones b Herculis / HD 165908 / HR 6775 / HIP 88745 / GJ 704 / SAO 666 Saga Piratas. Comprende los siguientes títulos: 1.- Lem Devianco. 2.- Linda Duarte. 3.- El rey Oción. 4.- Ladem. 5.- Porbugs. 6.- Fagocito. 7.- Laurencio. 8.- Víctor Sebiski. 9.- Vicente Cepri. 10.- El conde Lacudia. 11.- Victomo. 12.- Owessel. 13.- Leonide. 14.- Capitán Rofrego. 15.- Capitán Clover. 16.- Carl Ove.

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