Wednesday, August 20, 2025

Rocket Robin Hood - Ep03 - Robin Versus the Robot Knight

PIRATAS 19."THATCHER". Cuento de ciencia ficción escrito por Alfredo Francisco Humberto Juillet Frascara. En el año 2025. Año 2.354 es el de esta narración. Paginas (Porcentaje para esta Saga es de 84 páginas por tomo.) Personajes (al final de la narración).Pagina 4 esta su denominación. Año 2025.02.11.(Inicio de datos). jueves, 13 de febrero de 2025.- Capitulo 1. En Santiago de Chile. "Verá Ud. el mejor modo de hallar lo encomendado. Ud. sabe en el grave problema en que está nuestra nación, que por siglos ya ha salvado su economía extrayendo minerales. Debe hallar otros yacimientos y regularizarlos a nuestro nombre." "Exactamente, Señor Ministro Obregoso, será mi obligación apenas Ud. me otorgue los medios. Yo y mi equipo de prospectores hallaremos lo que Uds. desean. Ya sabe Ud., por mi afidávit y currículo, que he hallado minerales en asteroides que otros habían desechado." "Precisamente, Señor Thatcher, es por lo que le hemos contratado. El capitán Kodos le auxiliara en la búsqueda. Ud. ya nos indicó en qué dirección buscará, pero si en el curso de sus exploraciones haya algo mejor, no dude en cambiar de ruta. Su mando, en este sentido, estará por sobre las decisiones del capitán Kodos."- Informó el Ministro de Minería, el Señor Obregoso. "Entendido perfectamente, Señor Ministro, pero le pido a Ud. darme ese poder en una reunión con el capitán Kodos, para que no haya ninguna duda, sobre todo que luego de alejado de este país, la memoria decae sobre todo si les es conveniente.."- Pidió Thatcher con gesto duro: ya sabía de traiciones y de menosprecios como para comenzar por la misma senda de nuevo. Tosió levemente ese Ministro de Gobierno, y eso para darse un tiempo parara analizar y decidir sobre lo escuchado. Dijo: "Entiendo su preocupación, Señor Thatcher. Les citare a una reunión para algunos días mas." "Se lo agradeceré. Ahora bien, debo preparar a mi grupo, y darles algo de dinero para que organicen en buena forma los asuntos que deberán proseguir por mientras se ausentan: igualmente algo de dinero para mis gastos."-. Pidió Thatcher. Como todo buen funcionario , el Ministro Obregoso trato de dar el justo dinero necesario y ni un peso de mas. Esto puso en guardia a Thatcher, y agrego: "Setenta millones creo que será lo mínimo a darme, Señor Obregoso. Debo comprar equipo y pagar a mis ayudantes." El Ministro Obregoso torció el gesto, pues había calculado una cifra menor, y dijo: "Setenta millones , no problema en dárselos, Señor Thatcher, pero como pago total y con la premisa de haber recibido la noticia de esos yacimientos por descubrir. Puedo darle un pago inicial de treinta millones." "Deme treinta y cinco, que es la mitad de los setenta millones! Con menos ya estaría en problemas de financiación i9nicial, Señor Ministro! - Comento Thatcher, maldiciendo por lo bajo. Remoloneo algo mas ese Señor Ministro y termino dando treinta y cinco millones de pesos, feliz de no haber pagado los setenta millones en un solo pago. Tras despedirse, Thatcher Mature salió al corredor y bajo las escaleras; el edificio era enorme y en el hall hallo a Diego Urrutia y Manuel Astorga, sus amigos geólogos, quienes esperaban a ver cómo le había ido en esa reunión. "Todo arreglado! Conseguí setenta y cinco millones para comenzar, serán los setenta millones al final!"- Dijo Thatcher, palmeando hombros. "Ah, eres genial! Conseguiste más de lo que pensábamos! Estábamos nerviosos de que te demoraras en esa reunión."- Aseguro Diego Urrutia, caminando a su lado. "Vamos a celebrar con un trago! Todo se aclara con esta reunión que tuviste!"- Acoto Manuel Astorga, tomándole del brazo. "Claro que sí! Ahora no tengo de inmediato ese dinero! Esperare a que me lo depositen primero! Luego vendrán los asados!"- Dijo Thatcher, bajando escalones para luego salir a la calle. Allí, la gente caminaba ocupando toda la vereda, y por la calle pasaban lentamente los vehículos terrestres; en el país estaba prohibido viajar en autos aéreos a menos de 200 metros del suelo, así es que los atochamientos eran históricos. Subieron al Metro, o tren subterráneo, y viajaron con muchas otras personas, que iban silenciosas debido a que si todas quisieran conversar, el ruido habría dejado sordo a más de uno. Empujaron para salir, y siguieron por los pasillos repletos de gente; todos haciendo sus gestiones personales, y entre ellos, muchos guardias vestidos de negro con gorros y pasamontañas, lentes oscuros, y garrotes en las manos, ya que los ladrones roba bolsos cundían a las horas de mucho tráfico. Salieron a otra calle, y se apresuraron a llegar al pequeño hotel en que se alojaba Thatcher, en donde arrendaba dos piezas: una de living o recibidor, y la otra el dormitorio, con un cuarto de baño liliputiense al costado. "Hace calor acá! Pero peor es irse a sentar en un bar! Casi ninguno tiene aire acondicionado!"- Aviso Thatcher, encendiendo el ventilador eléctrico, el cual además de aire a presión, tenía un sistema de dispersión de gotas de agua, que refrescaron el ambiente en pocos minutos. Sus amigos se sentaron en el sofá, y el sirvió tragos helados, para refrescar las gargantas. Diego Urrutia recibió el vaso, dio un sorbo, y dijo: "Y pensar que en tu país está nevando!" "Así es!"- -Respondió Thatcher, sentándose en un sillón, vaso en mano y agregando: "La vieja Albión tiene un clima bastante más frio que Santiago, y creo que poca gente puede disfrutar allá! La radiación de uranio enriquecido aun se mantiene, y los que viven allá están bajo tierra! En bunkers! Lo hacen patrióticamente, ya que no quieren que los galos invadan la isla!"- "Gran guerra y tanto mal que ha hecho a las tierras productivas de Europa! Eso paso por la ambición de Estados Unidos y la prepotencia del mandatario francés de la época! Tantos decenios de años que han pasado, y aun todo el territorio hierve de radiación!"- Comentó Manuel Astorga. "Ah, pero no hablemos de eso! Pensemos en la aventura que nos espera! Ya sé que tenemos identificada la estrella a la que iremos a visitar! Creo que los planetas rocosos serán nuestra prioridad! De más que tendrán minerales comerciables!"- Dijo Thatcher, sonriendo. "Apenas recibas ese dinero, recuerda darnos lo prometido! Así, pagaremos cuentas, ordenaremos lo nuestro en el planeta, y te seguiremos hasta el fin del cosmos!"- Dijo Diego Urrutia, palmeando sus manos. Tres días después, el Ministro Obregoso le cita para una reunión vespertina (17.30 horas) y le presenta al Capitán Kodos, el cual es un hombre serio, de un metro sesenta centímetros de estatura, y con su uniforme impecablemente planchado. Unukalhai. Tras sentarse los tres a una mesa de roble de al menos cuatro metros de larga, con patas de madera de raulí rojo, y los muros con paneles decorados, el Ministro Obregoso dijo: "Les he reunido para sentar las bases de lo que es esta Expedición en que deberán cooperar al éxito de la misión, ese es el fin ultimo que se persigue: ubicar depósitos de minerales, catalogarlos a fondo, anotar coordenadas y al cabo de dos años, regresar con los informes. Nada de enviarlos por radio emisión! Este proyecto es secreto." "Y ya lo sabe el Almirantazgo?"- Inquirió el capitán Kodos, frunciendo el ceño. "Se les ha informado por forma escueta."- Dijo el Ministro. "Y en que dirección iremos?"- Pregunto Kodos. "Rumbo a la estrella Serpiente Alfa 24. Su nombre es Unukalhai. Unukalhai (α Serpentis) es una estrella gigante naranja que se encuentra en la constelación de Serpens, la serpiente. Es la estrella más brillante de la constelación y se puede ver a simple vista desde la mayor parte de la Tierra"- -dijo el Ministro Obregoso. "Unukalhai? No ha sido visitada aun, aunque si esta cartografiada robóticamente. Esta a 73 años luz! Mi nave asignada posee una velocidad máxima de cuatro Warp! "- Se alarmo Kodos, pensando en el tiempo que les tomaría llegar a esa vecindad mencionada. "Lo sé. Las naves mas rápidas están siendo ocupadas en otras misiones."-Dijo el Ministro Obregoso, tamborileando sobre la mesa, signo de impaciencia. "Es un viaje de dos meses y medio a Warp Cuatro! Y eso significa a velocidad Warp 4! Una falla en el sistema y la Expedición tendrá retrasos! "- Dijo el capitán Kodos, continuando en estado de excitación nerviosa. "Así es, pero entiendo que la nave "Santa María" posee el sistema de suspensión animada. La tripulación y pasajeros puede esperar allí al termino del viaje!"- Indico Obregoso, haciendo un gesto con la mano para desechar esa objeción. "Así es, Señor Ministro, y se usa haciendo turnos de seis meses terrestres. Mas allá de eso, el Ministerio de Salud ha establecido que es perjudicial! Y que significa eso?"- Dijo el capitán Kodos, enarcando sus cejas. "Ud. díganoslo."- Pidió el Ministro. "Que hay que consumir alimentos preparados y además , lo que produzca el laboratorio de hidropo9nica."- Confeso el atribulado capitán Kodos, revolviendo sus ojos. "El señor Thatcher tendrá predominio sobre la marcha y la estadía en el planeta que se le indique. Ud. será el que transporte y él quien fije puntos a revisar, estadía, etcétera."- Dijo Obregoso. El capitán Kodos enrojeció y siendo no muy blanco de cutis, su cara mostro un desagradable parecido a una betarraga cocida. "Si no le gusta, capitán Kodos, resigne del mando. Enviare a otro capitán."- Dijo Obregoso, con voz en tono de Emperador Romano. El color a betarraga de la cara del capitán Kodos varió a la de un pan quemado, y atosigándose con las palabras , dijo: "Acepto el mando, solo que presente a Ud. los inconvenientes . Deberá otorgarme una mayor cantidad de alimentos." "Los tendrá! Tome : es una nota para el Departamento de Aprovisionamientos del Estado para que le den todo lo que Ud. pida."- Dijo Obregoso, dándole una de sus tarjetas impresas , a la cual agregó un Vale en blanco, a llenar por el capitán Kodos. Este miró de soslayo a Thatcher, que en esa reunión poco y nada había dicho o aportado, y éste se sintió con la obligación de decir: "Este viaje es de trabajos y no hay trabajo sin esfuerzos y sacrificios. Mi equipo es pequeño pero empeñoso, y sé que aportara con sus conocimientos, a fin de llevar a buen término esta misión." El capitán Kodos hizo una mueca, como no dándole importancia a lo que había escuchado de parte de Thatcher. Ante esto, el Ministro Obregoso volvió a repetir su determinación y les despidió, prometiendo su ayuda en lo que se les ocurriera a futuro. Thatcher volvió a su cuarto de hotel, y horas después llegaron Diego Urrutia y Manuel Astorga, preguntando en qué había quedado esa reunión. "Bien! Me presentaron al capitán Kodos, un hombre de espíritu militar; también recibí el dinero prometido, con lo cual aquí tienen su parte: les hare la transferencia necesaria."- Dijo Thatcher, tomando su celular y haciendo lo dicho. "Y cuando partimos, jefe?"- Pregunto Diego Urrutia. "Cuando nos llamen! Di mi dirección desde el comienzo, y espero la llamada en mi celular. Si llega ese mensaje, a cualquier hora, les llamaré a Uds. y al resto de los componentes de nuestro grupo de científicos! Por ello, mantengan sus maletas al costado de la puerta! "- Dijo Thatcher, sonriendo. viernes, 14 de febrero de 2025.- Una semana después, a las siete de la mañana, el capitán Kodos toco el timbre de la pieza en que se alojaba Thatcher, y espero a que este abriera la puerta. "Si? Ah, es Ud. capitán Kodos! Pase, aunque no está muy ordenada la pieza aun."- Dijo Thatcher, bostezando. "Claro; son las siete de la mañana de un día asoleado."- Dijo Kodos, entrando en el recibidor, junto a tres de sus tripulantes mujeres. Thatcher se ajusto su bata de levantar, y miro a las tres mujeres; todas ellas jóvenes, de entre 26 a treinta y seis años, según creyó advertir. El capitán miro con desagrado una botella a medio consumir que se hallaba en el borde de una silla, y agrego: "He venido en persona a verle, Señor Thatcher, y tratar de analizar quien es Ud. en realidad, al ver su entorno. Puedo decir que me ha decepcionado! Esperaba verle en una pieza mejor, ya que dinero se le ha dado para la misión. Tampoco le veo vestido y listo para enfrentar un nuevo día. Creo que empezamos mal." Thatcher miro a una de las jóvenes, precisamente a la que le estaba mirando sonriente, y a ella dijo: "Creo que me ha pillado de sorpresa. Si hubiera sabido que iba a tocar el timbre a esta hora, habría ordenado la pieza un poco más, y por supuesto habría estado vestido para recibir a estas hermosas damas." El capitán Kodos enrojeció- cosa que parecía usual en el- y dijo: "Estas damas son oficiales de la nave, y como tal, debe Ud. respetarlas! Vengo para indicarle que debe presentarse en el cosmódromo de Pudahuel a las catorce horas de hoy día, con sus ayudantes y maletas listar ara el vuelo. De allí saldrá una lanzadera espacial, que le llevara a la "Santa María", la nave que nos llevará a destino."- "Me parece todo bien; espero tener a mi gente conmigo a esa hora."- Aviso Thatcher, mirando el reloj mural: eran las 07.10 horas. "Así deberá ser, o el que no esté a esa hora, se quedara en tierra. En conclusión, la tripulación de un Crucero de batalla es complejo y el grupo muy organizado, con especialistas en una gama amplia de campos. El tamaño exacto y composición de la tripulación la he adecuado convenientemente para una expedición exploratoria. Me he desecho de personal que había viajado conmigo en otras misiones, y no le cuento, ha sido doloroso para mi haberles dejado varados acá. Pero la línea de obediencia y utilidad debe ser respetada, y eso mismo le estoy pidiendo ahora, Señor Thatcher."- Dijo el capitán, saludando y saliendo de la habitación. La joven simpática le dio una última sonrisa antes de cerrar la puerta suavemente... Thatcher se sentó en la orilla de la cama, diciendo: "En que lio me he metido? Este tipo es un capitán Blight!" Y de inmediato llamo por teléfono a todos sus ayudantes, citándoles par las trece horas en el cosmódromo de Pudahuel. No todos recibieron la noticia , ya sea porque tenían sus aparatos apagado o porque estaban ocupados y no quisieron recibir la llamada: a estos les fue a buscar a sus domicilios. Lucia Lambert. A Lucia Lambert le fue a avisar la primera, quien vivía en una casona del norte de Santiago, y arribo a ella usando el antiguo Metro. Pulso el timbre, y la cámara le enfoco, moviéndose por sobre la puerta. Pronto la voz de Lucia dijo, por un pequeño altavoz: "Abro enseguida, don Thatcher!" Y efectivamente, abrió a los tres minutos; le saludo de beso en la mejilla (costumbre antigua heredada por algunos chilenos de clase media) y dijo: "A que se debe la visita? No me diga que ya tiene noticias para el viaje!" "Claro que sí! Y te vengo a buscar, ya que no contestas tu teléfono!"- Informo Thatcher, entrando por el húmedo pasillo, mientras Lucia Lambert cerraba las dos pesadas puertas hacia la calle. "Ah, es que estoy algo resfriada, y me cuesta hablar claro! Ha ha."- Dijo ella, siguiéndole; luego llegaron al patio embaldosado y techado; ella le ofreció un asiento en un cómodo sillón, y le trajo un vaso con jugo de uvas, que Thatcher agradeció, pues en la calle el calor era insoportable, como siempre en Santiago en el mes de febrero, y Lucia permaneció de pie, en actitud expectante. "Venia a avisarte de que nos vamos hoy a las catorce horas, según dijo el capitán Kodos, que es el que nos llevara de viaje. Por ello, espero contar con tu presencia en el Aeródromo de Pudahuel. Si quieres, te paso a buscar a las trece horas."- Aviso Thatcher, sorbiendo de su vaso, que lo hallo algo azucarado para su gusto, y lo dejo en el brazo del sillón. "Ah! Pero como avisar de repente! No tengo mis maletas listas!"- Se aproblemo la mujer, poniéndose de brazos cruzados, que como todos los psicólogos y policías saben, es signo de ponerse en guardia. "Claro que sí! Pero que quieres que te diga? Si ese militar me fue a avisar a mi pieza a las siete de esta mañana! Ni yo sabía de tal cosa, y más encima, amenazo con dejar en tierra a quienes no se presenten antes de las catorce horas!" Dijo Thatcher.

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